FILOSOFÍA
JUGAR
Exploración, movimiento, creatividad, asombro, descubrimiento, aventura, expresión…
Jugar es la herramienta de la alegría.
La alegría es el motor emocional básico de desarrollo. Y, a la vez, el resultado de un desarrollo sano.
Jugar favorece la autoestima, la sociabilidad, las habilidades de memoria, la concentración… ¡cuánta vida se vive a través del juego!
Los juegos musicales favorecen que el pensamiento musical se conforme, el cerebro infantil está evolutivamente ideado para aprender a través del juego y la emoción. Ningún otro ingrediente será mejor recibido.
En nuestras sesiones, jugamos con la música, con sus sonidos, sus cualidades. Con objetos y con instrumentos musicales. Con la imaginación y la fantasía.
Creamos un ambiente sonoro donde tanto los niños y las niñas como sus acompañantes (¡sí, las personas adultas también juegan!) puedan jugar con la música.
Nos entregamos a la observación y al acompañamiento, sin prejuicios ni expectativas, conectando con ese niño o esa niña interior, que jamás ha dejado de jugar y sentir esa alegría especial.
MOVERSE
Cultivar el placer implica, entre otras cosas, el poder expresarse corporalmente en libertad.
El movimiento es parte esencial en nuestras clases, siempre promovido desde la alegría.
Es importante, durante la infancia, reforzar todo lo relacionado con el movimiento del cuerpo, pues la motricidad es la base para el desarrollo físico, intelectual y emocional.
Sí, el movimiento también desarrolla la inteligencia: por medio de la actividad corporal, al explorar e interaccionar con su mundo, los niños desarrollan la capacidad para pensar y comunicarse, mayor confianza en sí mismos y mayor autonomía.
El movimiento es básico. Los últimos estudios en neurobiología apuntan a la importancia del movimiento como hecho determinante para la evolución y supervivencia de nuestra especie. Cuando el cuerpo se mueve, el cerebro se activa y conecta áreas entre sí que de otra manera no se conectarían. Estas conexiones favorecerán posteriormente el acceso a aprendizajes abstractos de tipo especulativo, matemático y lógico.
Y a través del movimiento el cerebro se activa para percibir mejor la música.
Se pone en relación los procesos rítmicos internos con el ritmo de la música y de esta manera comienza a coordinarse con ella y así asimilarla a niveles profundos.
CANTAR
Se dice que la voz es el sonido del alma y uno de nuestros elementos más íntimos.
Cantar es una de las actividades más gratificantes que podemos realizar, proporciona placer y es una forma de comunicarnos y de expresar nuestras emociones más profundas.
A través de la canción conseguimos alcanzar los sentidos del que escucha, ir más allá de su intelecto y tocar la emoción.
Con canciones sencillas y recitados rítmicos, la música se experimenta de forma directa y, así, la mente, perfectamente diseñada para entenderla, extrae y crea significaciones cada vez más complejas y diferenciadas.
Y es que cuando cantamos y bailamos, el cerebro pone en marcha todas las áreas corticales y la conexión neuronal es máxima: ¡el pensamiento musical es uno de los mayores divertimentos intelectuales!
EMOCIONARSE
La neurociencia nos ha mostrado que el cerebro es un órgano plástico y moldeable, especialmente importante en los primeros años de vida. Durante su desarrollo, es determinante la interacción con personas adultas y el cariño que estas les dedican.
Para que un niño o una niña crezca, en toda la dimensión de la palabra, no basta con la adquisición de conocimientos.
Generar un clima emocional positivo también va a influir en su desarrollo.
Y la música es uno de los medios más potentes de aprendizaje que existen porque toca la emoción.
De ahí la importancia de facilitar la expresión de aquello que la música les transmite, no sólo a modo de respuesta con un tarareo, un golpe o una melodía, sino riendo, llorando, asustándose e incluso escapándose.
Las emociones son reacciones que contribuyen al desarrollo de la persona y por ello no debemos proteger a los niños de sus emociones, sino darles siempre la oportunidad de gestionarlas.
Toda vivencia ligada a la emoción es entendida por el cerebro como algo importante y trascendente, dado que las emociones, desde el punto de vista evolutivo han sido las encargadas de hacernos sobrevivir como especie. Ninguna propuesta de trabajo con niños debería dejar de lado las emociones positivas ya que suponen un canal muy potente y natural de aprendizaje, además de nuestra esencia como seres humanos, tan descuidada en muchos ámbitos educativos.
ASOMBRARSE
El asombro o curiosidad es lo que incita la exploración y el juego, sin los cuales no es posible el aprendizaje.
Los aprendizajes que calan, quedan y transforman a la persona han llegado de personas o contenidos que le suscitaron curiosidad.
Entendemos la importancia que tiene el motor emocional de la curiosidad para que los aprendizajes se incorporen con sentido y formen a la persona.
Cultivamos el asombro para dar la oportunidad a los niños de adquirir los conocimientos musicales enganchando emocionalmente la información.
SENTIRSE SEGURO
La necesidad básica y primordial durante la primera infancia es el contacto físico y emocional permanente con una persona adulta amorosa.
El contacto físico, algo tan sencillo, tan natural y primario, influye notablemente sobre la autoestima.
Tocar al niño o a la niña es clave para su desarrollo. A más contacto, mejor crecimiento y desarrollo.
Estimula sus sentidos, les hace sentirse queridos o queridas. Y fortalece nuestro vínculo emocional.
En nuestras clases siempre hay un momento para el masaje, los mimos, las caricias, los besos y los abrazos.
Todo aquello que les brinde mayor seguridad y les haga más proclives a las relaciones sociales con otras personas.
Además, a nivel musical, el contacto físico les ayuda a “oír” a través de su cuerpo aquellos aspectos musicales que queremos destacar, educando así su consciencia corporal.
CREAR
Nuestro rol adulto es el de acompañar al niño o niña en un proceso natural de aprendizaje, proporcionándole una serie de elementos que le puedan ayudar en el camino, siempre desde una mirada respetuosa, sin proyectar expectativas y confiando en los niños, sabiendo que todo va a acontecer a su debido tiempo.
Nuestras actividades incluyen recorridos diseñados, estrategias estructuradas para cada sesión y participación adulta. Pero sobre todo cuentan con ejercicios de invención: Seguimos el ejemplo de los niños y niñas todos los días. Construimos ideas musicales a partir de sus propuestas subrayando su singularidad y regalándoles sus productos musicales complejos y completos.
IMAGINAR
Desarrollar la imaginación, para que puedan crecer y convertirse en personas adultas sanas y felices.
Enriquecer su pensamiento creativo les ayuda a expresarse por sí mismos; a confiar en sus posibilidades y conseguir antes sus objetivos; a desarrollar su pensamiento abstracto para generar nuevas ideas; a reconocer y resolver problemas; y a relacionarse mejor con los demás a lo largo de toda su vida.
El proceso de abstracción del pensamiento musical es similar al del lenguaje: un impulso que se debe atender y acompañar.
Disfrutar de experiencias de expresión creativa a través de la música es un estímulo que transforma y que enriquece.
DESCUBRIR
La música es un lenguaje complejo que niños y niñas van descubriendo poco a poco, a través de una amplia gama de estímulos sensoriales.
Igual que dibujan aquello que imaginan, así debería ocurrir con la música: cantar o tocar lo que escuchan internamente. Por eso necesitan estar inmersos en la música.
Nuestras propuestas musicales siempre son sencillas, para ser asimilables y atractivas en edades tempranas. Pero tienen una gran complejidad estructural: música rica en modos y métricas musicales, contrastes sonoros y tímbricos.
Esto les da la oportunidad de afinar su capacidad discriminatoria, al tener a su disposición la posibilidad de comparar, aprendiendo desde las diferencias.
TOCAR
La clase de música va creciendo junto a los niños y las niñas.
Van adquiriendo habilidades básicas como desarrollar su voz, moverse con musicalidad, escuchar, sentir, imitar, discriminar, comparar, improvisar… Van captando la lógica interna de un lenguaje de comunicación y expresión que se encuentra y afecta a todo su ser.
Y a la edad apropiada aparece el instrumento musical.
Es el momento de tocar lo que escucha en su interior, esas canciones que comprende tonal y rítmicamente, ya que anteriormente han dejado su huella a nivel sensorial.
Puede oír la música en su cabeza, explorando o imaginando.