Jugar y jugar: cómo acompañar el juego de los más pequeños

Jugar y jugar: cómo acompañar el juego de los más pequeños
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Hace unos días conversaba con una mamá que asiste a nuestras clases con su hijo de dos años y me dijo: “Nos habéis salvado el confinamiento. Gracias a vosotras cada día ha habido música en casa y vuestras propuestas nos han servido para jugar y jugar todavía más”.

Jugar y jugar… para mí que dio en el clavo.

Jugar es la herramienta de la alegría. Y yo creo en la necesidad de que esta emoción esté presente en nuestro día a día, porque la alegría es el motor básico de desarrollo, y a la vez, el resultado de un desarrollo sano: exploración, movimiento, creatividad, asombro, descubrimiento, aventura, expresión… ¡cuánta vida se vive a través del juego! Además, el juego es la herramienta que nos permite conocernos y conocer el mundo.

Confieso que tuve muchas dudas antes de lanzar Música en casa para hacer en esos meses en los que no podíamos vernos de manera presencial. Y es que no soy nada amante de las pantallas, y mucho menos en edades tan tempranas. Pero de alguna manera quería estar cerca de nuestros niños, de nuestras familias, darles un poco de aire fresco en ese encierro tan inesperado y poco agradable… Por ello, enfoqué nuestras propuestas virtuales no solamente a entretener a los niños y a seguir entablando con ellos una relación a través de la música, sino también a involucrar a los adultos para jugar todos juntos con ella.

Porque sí, ¡los adultos también juegan! Pero, ¿cómo jugamos? Dime, ¿juegas cada día con tu hijo? ¿Lo haces de manera presente sin estar pendiente del móvil y sin hacer ninguna tarea de la casa? ¿O tú estás físicamente pero tu mente está pensando en la lista de la compra o en las llamadas que deberías estar haciendo? Si es así, no estás sola, yo también estoy ahí. Qué difícil simplemente estar, en total presencia, pero qué necesario para nuestros hijos que estemos para ellos.

Antes de contarte las cosas que me sirven a mí para acompañar el juego, quisiera que reflexionáramos un momento acerca del juego y acerca de nuestro papel en el propio juego.

Qué es el juego

Para mí el juego es sagrado. ¿Y para ti?

La RAE dice que jugar es hacer algo con alegría con el fin de entretenerse, divertirse y desarrollar determinadas capacidades. Dice muchas cosas más, claro, pero esta, la primera definición, es a la que me refiero cuando hablo del juego de los niños.

Al jugar libremente, jugar por jugar, sin pretensiones, ni juicios, ni expectativas, ni tratando de cumplir con nada, los niños están tranquilos, relajados, a su aire, a su ritmo, eligiendo, siendo. SIENDO lo que son.

Quizás para una mentalidad adulta el juego significa caos (en la mesa no se juega) y pérdida de tiempo (deja de jugar que hay que… acaba la frase tú misma), pero para un niño el juego es la gasolina para su cerebro, es lo que realmente necesitan todos los niños y niñas en todas las etapas de su desarrollo.

El juego es la herramienta más maravillosa que tienen los niños y que tenemos nosotros para ayudarles en su crecimiento. Por esa razón, y a pesar del ritmo trepidante que llevamos hoy en día, el cuidado que proporcionamos a nuestros hijos debe incluir tiempo para jugar.

Qué podemos hacer para acompañar el momento del juego

Cuando llegan esos momentos compartidos, ya sea porque los niños nos reclaman y nos proponen que nos unamos a sus juegos, o sea que nos animemos a iniciarlos nosotros basándonos en sus gustos y prioridades, podemos poner en práctica algunos tips para hacer de ese momento algo delicioso. A mí me sirven, espero que también puedan servirte a ti.

  1. Siéntete. Lo primero que hago es sentir cómo me siento en ese momento (¿Tengo ganas de jugar? ¿Dónde estoy? ¿Estoy aquí o mi mente está en otro lugar? ¿Puedo dedicar tiempo a jugar? ¿O la lavadora, la cena, el trabajo, la compra… no puede esperar?). Tomando consciencia de lo que siento en ese momento, puedo darme el permiso para decidir si jugar o no y expresar lo que siento, siempre con respeto. Entonces cuando tomo la decisión de hacerlo, lo hago conscientemente, y mi cabeza se sitúa en el momento presente para disfrutar de mis hijos y del juego. Y si por el contrario decido no jugar, también lo expreso con respeto, indicando que en este momento yo no juego porque me voy a hacer la cena, por ejemplo (lo considero más honesto que jugar sin apetecerme), o que no quiero jugar pero que me quedo junto a él mirando. Nuestra presencia verdadera (sin móvil, pensamientos u otras distracciones), sintiéndonos, ya sea ocupando un papel activo en el juego u observando cómo este se desarrolla, nos regala momentos de felicidad tanto a niños como a adultos.
  2. Observa. Con todos tus sentidos, muy vinculado a lo anterior de sentirte. Observa qué es lo que los niños hacen, cómo se mueven, cómo se comunican y expresan intentando sentir lo que sienten, intervenir si lo necesitan o simplemente deleitarte de su juego. No hay que molestarlos si no te requieren para jugar con ellos.
  3. Aprovecha el juego para afianzar el vínculo. Para fomentar la confianza mutua, el cariño, el buen humor, sin reírte nunca de ellos y adecuándote a su edad y entendimiento. Concédete el espacio y el tiempo para entrar en su juego, sin inhibiciones, conectando con ese niño o esa niña interior que jamás ha dejado de jugar y sentir esa alegría especial.
  4. Confía en el juego. Deja que fluya, que te lleve a cualquier lugar, explorando esas sensaciones que nos provoca la inventiva. Deja que los niños imaginen, que prueben, que se inventen sus propias reglas. Muéstrate participativa, amable y sin juicios sobre su manera de jugar, sus objetivos o sus frustraciones. Simplemente respeta su juego. Suena sencillo… y por mi experiencia sé que es complejo, porque estamos llenas de prejuicios que nos condicionan, de ahí que vea cuan importante es trabajar nuestra propia infancia (aquí te hablé de ello) y desaprender para aprender a acompañar a nuestros hijos como se merecen, con amor, respeto y confianza.

Jugamos con la música

El JUEGO, así con mayúsculas, es la base de nuestras sesiones de música. Jugamos con…

  • los ritmos, las melodías, los sonidos y sus cualidades
  • la voz, sus timbres y propiedades
  • el cuerpo y su movimiento
  • la mirada, la expresión, las risas, la emoción
  • el silencio, el asombro, la curiosidad, la imaginación
  • el tacto y el contacto
  • el aire, la respiración, el sentir
  • los objetos y sin ellos
  • los cuentos y las historias, con las palabras, con la narrativa
  • los abrazos y los besos…
Jugamos…

Hoy te propongo un juego con un taumatropo, un juguete en este caso hecho de papel que crea un efecto óptico al hacerlo girar, dando la impresión de movimiento continuo en nuestros ojos. Este en concreto es de madebyjoel. En su página encontrarás diversas plantillas para imprimir en color o para colorear.

Necesitarás la plantilla, una varilla o palo de madera, cinta adhesiva, tijeras y lápices o ceras para colorear.

Cuando lo tengas, podéis jugar con la siguiente canción:

Pájaro

Cuenta un pájaro lindo que en un bosque vivió

que jugaba y cantaba siempre cerca del sol.

Cuenta un pájaro lindo que se quiso posar

en la rama de un árbol para así descansar.

 

Y la versión en catalán, que es la que cantamos en Mallorca:

Ocell

Un ocell que volava dins d’un bosc ben gran

tot jugant i cantant quasi sense parar.

Un ocell que volava va voler-se posar

a la branca d’un arbre per així descansar.

 

¡Espero que lo disfrutéis!

Un fuerte abrazo,

Arantxa

 

“Todos los aprendizajes más importantes de la vida, se hacen jugando”. Francesco Tonucci

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